14 julio, 2024
En el trono del futbol europeo se sienta desde esta noche, una vez más, España. Por cuarta vez, proclamándose como el conjunto con más Eurocopas en la historia, La Roja vuelve a ser, doce años después, la envidia del viejo continente con una nueva generación de futbolistas que promete traer muchas alegrías a los aficionados. Nunca mereció España tanto un título como este, en el que sumó 7 victorias en 7 encuentros y desplegó un fútbol digno de un conjunto campeón por derecho propio.
La primera mitad no será recordada precisamente por ser una oda al fútbol. España dispuso del balón frente a un combinado inglés que de hecho pareció entregárselo por completo, demostrando que iba a ser a La Roja a la que le tocaría proponer mientras Inglaterra buscaba explotar su velocidad en las salidas.
España supo contener la amenaza inglesa, pero parecía faltarle la verticalidad necesaria para hacer daño y crear oportunidades. Una aproximación por banda izquierda de Williams fue de lo poco rescatable del lado español en la primera mitad. Inglaterra tampoco llegó. El guión inglés parecía basarse en que se jugase lo menos posible sobre el césped y España pareció ir sucumbiendo y apagándose en su juego, casi contagiarse por la ambición inglesa de que sucediese lo menos posible.
Lo peor fue que los Three Lions estuvieron a punto de irse al descanso con un botín más que inmerecido tras una falta lateral que culminó con remate forzado de Foden desde dentro del área que Unai Simón supo atajar.
Los 22 se fueron a la caseta tras unos primeros 45 minutos en los que, efectivamente, no pasó nada. España además se fue al descanso con un Rodri que se retiraba llevándose las manos a la cara para desgracia de España. El del City no volvió en el segundo tiempo y fue sustituido por Zubimendi .
Probablemente España nunca había firmado una primera parte tan ramplona en lo futbolístico en toda esta Eurocopa y quizás por eso esta se apresuró en agitar la chistera ya a inicios de la segunda. Fue Nico Williams quien lo hizo, abriendo la lata con un disparo cruzado de primeras que puso el 1-0 ya en el minuto 46 para desatar la locura entre el público español, en minoría en el Olímpico de Berlín pero abarrotando las calles a lo largo y ancho de todo el país.
Una nueva ocasión de Olmo apenas un par de minutos después pudo haber supuesto casi una suerte de sentencia, pero su disparo se marchó desviado. España pareció soltarse a raíz del gol y tuvo de nuevo sendas ocasiones en los pies de Morata y de nuevo Williams, que metió miedo con un disparo desde fuera del área que se fue por poco.
Southgate sorprendió retirando a Kane y dando entrada a un Ollie Watkins que había sido talismán en la semifinal frente a Holanda y los ingleses parecieron ir queriendo ganar peso en el partido, con más balón pero adoleciendo de esa falta de ideas que tanto se le ha criticado en el torneo.
España no parecía excesivamente incómoda. Apenas un disparo lejano de Bellingham inquietó a Unai Simón y La Roja volvió incluso a tener una gran oportunidad con un chut de Yamal que Pickford supo despejar en una excelente transición rápida.
Pero Inglaterra no parecía dispuesta a morir sin dar guerra. A estas alturas queda claro que prácticamente nadie, al margen de sus incondicionales, pagaría una entrada por ver 90 minutos de este equipo que, a pesar de esto, también ha sido capaz de demostrar que sabe sobreponerse y ser efectivo aún sin brillar en absoluto.
Palmer lo confirmó con el empate tras una acción en el carril derecho que el atacante del Chelsea mandó al fondo de las mallas con un soberbio golpeo con la zurda que batió a Simón en el 85′. Empezaba entonces un partido completamente nuevo e Inglaterra amenazaba con crecer espoleada por el 1-1. España volvió, sin embargo, a hacerse con el esférico. El trío Olmo-Williams-Yamal se inventó una de esas mágicas combinaciones que el último remató de primeras, aunque demasiado centrada.
España insistía e Inglaterra volvió a apoltronarse en su campo. Ciertamente pobre el desempeño y la actitud de un equipo inglés que nunca propuso, nunca ambicionó, nunca quiso realmente… Y el fútbol fue justo en esta ocasión.
Cucurella puso un centro tenso y quirúrgico para los pies de un Oyarzábal que hizo el 2-1 cuando ya más de uno, sobre todo los ingleses, firmaban la prórroga.
Le tocó sufrir aún así a los de Luis De la Fuente, con un despeje de Olmo en plena línea de gol tras un peligroso remate inglés a la salida de un córner incluido, pero a esas alturas ya crecía la sensación de que España tenía la copa entre las yemas de los dedos.
Inglaterra a lo suyo. Con fe, con arrojo, con ganas… Pero sin fútbol, y al fútbol hoy le tocaba premiar a España.
Así fue. España es campeona de Europa. Ganando siete encuentros de siete disputados, tumbando a la anfitriona Alemania, a la subcampeona del mundo Francia y a la también subcampeona de la anterior Eurocopa, Inglaterra, que una vez se queda con la miel en los labios.
Que los muchachos disfruten el sabor del champagne.
Por Juan Ferradans
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