“A muller das pedras” lleva el arte rupestre de Catoira a Culturgal

Este fin de semana Catoira desembarca en Culturgal por segundo año consecutivo para poner en valor la creatividad de artistas locales y ser escaparate de la actividad cultural municipal. Una de las novedades será la exposición por primera vez de la réplica de una moneda cristiana de origen francés, hallada en el entorno de As Torres do Oeste, fechada entre los años 1068 y 1109. Aunque que no se pueda determinar con exactitud en qué momento llegó a Catoira, la moneda coincidió en el tiempo con la vida de Diego Xelmírez y podría proceder de las rutas comerciales del río Ulla en la Edad Media, tal vez extraviada por algún peregrino del Camino de Santiago o hasta haber sido testimonio de alguno de los propios viajes de Xelmírez a Roma.

La información sobre la moneda, cuya réplica fue elaborada por la restauradora de bienes culturales y guía en el Centro de Activación Cultural Torres de Oeste, Ana González, se podrá conocer por primera vez en un panel explicativo que después se llevará al propio centro de interpretación local para que permanezca allí de manera definitiva. Además, el stand será dinamizado con escenas de dramatizaciones vikingas con personajes que irán ataviados con vestuario de Bety Busto y desfiles de trajes de aquella época con encaje de Camariñas, intervenidos por la ceramista Mar Barral. Dichos desfiles, a cargo de Tero Rodríguez, directora de la Escola Municipal de Teatro de Catoira, contarán con la participación del alumnado de la escuela y entre otras atracciones, también se desarrollará un obradoiro de restauración infantil para estimular la curiosidad de los más pequeños.

En el contexto de la participación del Concello de Catoira en Culturgal se destaca, este sábado 30 a las 16 horas, la charla divulgativa de Cristina Conde Escaloni sobre el arte rupestre, centrada en los petroglifos hallados en la zona y que exponen la riqueza que esconden las piedras de los montes de Catoira. Diario de Santiago habló con la estudiosa del patrimonio del municipio, protagonista de múltiples actividades con el afán de divulgar y proteger estas maravillas prehistóricas. La encargada de la presentación nos cuenta que “mi pasión por los petroglifos (registros de actividad humana en forma de grabados, esculpidos en rocas) comenzó en plena pandemia, cuando sólo podíamos caminar dentro de los límites de los ayuntamientos. Yo quería hacer una ruta de los cruceiros de Catoira y mi tía me recomendó incluir en el recorrido el petroglifo de As Lombas”.

“Yo no sabía ni que existía”, confiesa y continúa el relato de una aventura que se convirtió en pasión. “Tardé tres días en encontrar el petroglifo de As Lombas, en una búsqueda con frío, viento y lluvia. ¡Cuando lo ví me enamoré, es tan bonito! Buscando en internet encontré la página obaixoulla.gal, donde mencionaba ese petroglifo y otros más y empecé a ir al monte Xiabre a buscar el resto. Se corrio la voz que iba al monte a buscar el resto de los petróglifos y el blog Megaliticia, administrado por una persona maravillosa, contactó conmigo y me ayudo a encontrarlos y hacerles buenas fotos». Por el camino contacto conmigo la asociación Colectivo A Rula que me acercó a la figura de Ramón Sobrino Lorenzo Ruza, padre de la arqueología gallega, que catalogó los primeros 4 petroglifos de Catoira (uno de ellos se halla desaparecido) y las 3 primeras mámoas (de la que una de ellas también está perdida)”.

También comenta que luego comenzó a investigar junto a Fran Ameixeiras, quién le enseñó varias cosas y que gracias a él conoció los “santuarios”, piedras en lugares muy altos, con buenas vistas y grabados diferentes, donde se estipula que existían ritos sagrados desde tiempos prehistóricos. “Los petroglifos de estos santuarios tienen una antigüedad de entre 3.000 a 4.000 años. Hay quienes dicen que denominarlos santuarios es incorrecto, pero los apasionados los llamamos así para diferenciarlos de aquellas piedras con grabados que tienen menor altura. Un buen ejemplo es el santuario Outeiro da Hedra de Arriba, que detrás de una especie de pasadizo por donde hay que arrastrarse, tiene una inscripción de la época del Imperio Romano dedicado al Dios Marte (cuya traducción sería Por la gloria de Marte o Marte es glorioso), lo que indica que los ritos continuaron en el mismo espacio desde la prehistoria hasta bien entrados los siglos I o II después de Cristo”.

Estos lugares han sido considerados sagrados por las más diversas culturas a través de los siglos, desde la Edad de Cobre, pasando por las de Bronce, Hierro, Castreña y Romana. Cristina Conde Escaloni afirma que en el Monte Xiabre y otros espacios de la zona también hay varias mámoas, construcciones artificiales de piedras que señalan que allí hubo enterramientos en tiempos remotos. Incluso dólmenes naturales, que los arqueólogos consideran un lugar de enterramiento aún anterior, posiblemente de hace más de 5.000 años.

“El monte Xiabre es un gran santuario rupestre”, prosigue Cristina. “Solo se han descubierto el 30% de los petroglifos de esta zona del monte y quedan algunos ya encontrados por catalogar. También hemos hallado muiños naviculares que pueden estar ligados con ritos sagrados, con cazoletas formando un rectángulo donde hacían molienda. Y las cazoletas (una coviña algo más grande) podrían haber sido para ofrendas a los difuntos. Estos tipos de grabados se dan en el sur de Galicia y en algunas áreas de Portugal. Tan al norte son rarísimos y en Catoira tenemos tres.”

Ante la pregunta sobre cuál era el mensaje de estos petroglifos, responde que siempre es importante ir encontrando más para estudiarlos y así seguir comprendiendo su significado “ya que los primitivos habitantes estaban muy conectados con su entorno. Algunos círculos concéntricos con radiales indican salidas o puestas de sol en solsticios o equinoccios; además conocían muy bien los movimientos lunares y los ciclos de cosecha. Por ejemplo, las impresiones de ciervos estaban creadas porque creían que ellos arrastraban el carro solar y también para marcar buenas zonas de caza.”

Y finaliza relatando que varias veces sale sola y sigue encontrando grabados en el monte. “Antes de mi hubo otra gente investigando y espero que después siga habiendo más, para aumentar la información sobre los petroglifos, además de otras edificaciones ancestrales como los castros, santuarios y mámoas que encontramos en la zona del Xiabre. Nuestros antepasados dejaron sus huellas en los dibujos de las piedras para conservar su historia, que también es la nuestra. Yo lo hago porque me gusta; no tengo otro fin que dar a conocer estos descubrimientos, pero siempre con el deber de protegerlos para que las próximas generaciones puedan seguir disfrutándolos”.

En Caldas de Reis se encuentra el petroglifo «Laxe dos Bolos» que posee el mayor conjunto de grabados de la Península Ibérica y Vilagarcía de Arousa conserva una ruta de senderismo de petroglifos. Solo faltaba Catoira, que apenas tenía algo de información y ahora, de la mano de Cristina Conde Escaloni, “A muller das pedras”, tiene mucho para contarnos sobre el arte rupestre este sábado 30, a las 16 horas, en el Espazo Arte del Pazo da Cultura de Pontevedra.