Ángeles Vázquez condena el escrache en su domicilio y advierte: «Ciertas líneas rojas no se deben pasar»

La conselleira de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia, Ángeles Vázquez, ha condenado el escrache del que fue objeto el pasado domingo frente a su domicilio en Melide (A Coruña) y ha advertido de que «ciertas líneas rojas no se deben pasar». La protesta, convocada por activistas contrarios a la construcción de una fábrica de celulosa y fibras textiles en Palas de Rei (Lugo) por parte de la multinacional portuguesa Altri, tuvo lugar en los alrededores de su vivienda y generó un debate sobre los límites de las manifestaciones políticas.

Este martes, tras la firma de un convenio con la Universidad de Vigo, Vázquez se pronunció sobre lo sucedido, lamentando los hechos y recordando que lleva desde 1990 vinculada a la política. En sus declaraciones, insistió en que asumir un cargo público conlleva recibir críticas, pero matizó que estas deben ser constructivas y que «las familias forman parte de nosotros mismos y nunca tienen que estar en el epicentro de ningún tipo de polémica».

La titular de Medio Ambiente expresó su deseo de que lo ocurrido no se repita en Galicia, subrayando que existen espacios adecuados para la protesta, como el Parlamento o la agenda pública, pero que el domicilio particular no debe convertirse en un lugar de reivindicación ni su familia en el objetivo de una movilización. «Los gallegos somos distintos», añadió, dejando clara su postura contra este tipo de acciones.

El lunes, el BNG rechazó «cualquier tipo de intimidación» contra un cargo público o su entorno, aunque acusó al PP de tratar de generar un «bulo» con lo sucedido. Vázquez valoró esas disculpas pero reafirmó su determinación de seguir con su trabajo sin dejarse influenciar por presiones de ningún tipo. «No voy a obedecer a ninguna coacción, ni me va a amedrentar ninguna empresa, promotor, grupo político o plataforma», afirmó con contundencia.

Finalmente, la conselleira instó a los organizadores del escrache a recurrir a la vía judicial en caso de discrepancias y lamentó el «mal trago» que vivió su familia. Confió en que este episodio sea «un suceso aislado» y que no vuelva a repetirse en el futuro.