19 noviembre, 2024
De disparate en disparate, la actividad política de la lideresa de Sumar -que toda la clase política incluidos sus compañeros de formación dan ya por más que amortizada- es, como los trapecistas en el circo, una permanente búsqueda del más difícil todavía con que sorprender a una ya absorta ciudadanía, incrédula de que pueda haber desatinos más grandes que aquellos con los que la vicepresidenta Yolanda Díaz nos lleva sorprendido hasta el momento.
Algunos de ellos, los últimos, los recogíamos aquí días pasados, concretados en las propuestas de su grupo de rehabilitar los barrios pobres de las ciudades con impuestos específicos, habilitar una pensión mensual de 825 euros para cuantos se declaren haber sido perseguidos por el franquismo por su pertenencia al colectivo LGTBI, dotar a los centros educativos de orientadores -¿adoctrinadores?- para poder atender a estudiantes de ese mismo colectivo, su particular teima de reducción de la jornada laboral e incremento del salario en un país que tiene su productividad en solo un 76 % de la media de la Eurozona, denegar el subsidio de desempleo a quienes no presenten la declaración de la renta o, por no extendernos, crear una hipoteca a tipo fijo regulada que las entidades crediticias tendrían que otorgar de forma obligatoria.
Pero como no hay día sin afán, la prensa digital madrileña -concretamente OK Diario– nos aporta el último de los dislates que la política ferrolana se propone llevar a las Cortes y que se concreta en la equiparación de los “ecocidios” contra la naturaleza a los genocidios o crímenes de guerra que juzgaría la Corte Penal Internacional previa su declaración de “delito internacional”.
Como, por demás, es el tan atrabiliario Gobierno que tenemos ahora mismo el que redactaría el articulado de la correspondiente ley para fijar lo que se entiende por atentado a la naturaleza, da pánico pensar en la particular caza de brujas por parte de quienes tienen el conocimiento de un pez o la inconsciencia de un toro bravo por desconocimiento de las ciencias que estudian el medio ambiente. Que los científicos del ramo no están invitados a esta fiesta. Se bastan los diputados de Sumar; sí, esos que no están para ir a recoger el barro en Valencia, ¿se acuerdan?.
Por si dudas quedaba, la ínclita vicepresidenta del Gobierno ya pone, negro sobre blanco, ejemplos de supuestos delincuentes a quienes sería de aplicación tal «ecocidio» con, suponemos, penas equiparables a un crimen de guerra. El presidente andaluz, Juana Moreno sería el primero en desfilar por ese Tribunal Internacional, “por no ser proactivo en la persecución de los regadíos ilegales que han afectado gravemente al Parque Nacional de Doñana”.
Similar suerte merecen, a juicio (?) de tal espécimen político, bancos españoles como Santander, CaixaBank y BBVA que “habrían invertido unos 1.000 millones de euros en algunas de las empresas más contaminantes del mundo”.
Hay que decir sin embargo en favor de la ministra de Trabajo que al menos esta vez la ocurrencia no es fruto solo de su calenturienta y caótica materia gris. Que en esta ocasión, sino en el derecho comparado, sí se inspiró en la propuesta de otros países para tan jacarandosa propuesta. ¿Cuáles? La República de Vanuatu, Fiyi y Samoa. Que no se diga que el personaje no es selectivo en sus gustos exóticos, ¿tanto como en su vestimenta?.
Pero no. Por más que se esfuerce va a ser muy difícil que la vicepresidenta segunda del Gobierno Sánchez supere la tríada imborrable ya para siempre en su currículo, “vamos a adaptar las condiciones meteorológicas a los puestos de trabajo”, “reconocemos en él al más digno libertador. Chávez ha retomado el sueño de la unidad de los pueblos de América” o “Todas las empresas usan ya inteligencia artificial. Yo misma tengo un algoritmo Max que es este que hemos diseñado, que tenemos en la Inspección de Trabajo que con un solo click somos capaces de verificar donde están los incumplimientos de las empresas”.
Pero por encima de todo ello y con carácter de sublime, la imborrable referencia, que alguien le escribió en el folio que estaba leyendo, de que “Esas personas inmensamente ricas son conscientes , y cito palabras literales, que nos vamos al carajo. Y como nos vamos al carajo, ellos y ellas lo que están haciendo es diseñar un plan b. Y el plan b para ellos y para ellas tiene que ser muy restringido, muy pequeño, pero fundamentalmente basado en huir del mundo para protegerse ellos y ellas solas. Es el mundo de los cohetes para escapar de la tierra”.
¿Quién dice que el Gobierno Sánchez no es un primor en dotes humorísticas?
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