Eso consiste en que cuando el paciente con un ICTUS llega al servicio de urgencias no tenga que esperar ni un segundo en que se le haga el «tac», clave para que los neurólogos puedan determinar la gravedad del caso y puedan tratarlo adecuadamente en el mínimo tiempo.
Este protocolo es la primera vez en Galicia que se pone en marcha con un equipo especializado y un gran sistema de trabajo creado en el Cunqueiro.
Con este nuevo protocolo se puede acortar el tiempo del paciente en urgencias, que hasta la fecha era un mínimo de 25 minutos hasta que se le realizaba el tac. Hay margen para mejorar ese tiempo y según un estudio realizado por el nuevo jefe de servicio de neurología, José Luis Maciñeiras, especialista que durante años ha coordinado la atención al Ictus, asistiendo cada año unos 700 casos.
Este tipo de infarto cerebral se produce cuando un trombo tapona un vaso sanguíneo de la cabeza e impide que la sangre circule. Sin una prueba, se puede confundir con otras dolencias, como la hemorragia cerebral. Saber si un aparente ictus es realmente un ictus es fundamental para tratar al paciente.
El medicamento para estos casos es el tratamiento «fibrinolítico», un fármaco que deshace el trombo pero cuyo uso tiene riesgos.
La fibrinolisis solo se puede utilizar en las primeras cuatro horas y media desde que se produce el accidente cerebrovascular. Sabiendo que cuanto antes se emplee, mayor es la eficacia del tratamiento. Por lo tanto, cuando un paciente padece un ICTUS, comienza la lucha contra el tiempo para evitar fallecimiento o lesiones graves en el cerebro.
Por eso es tan importante que el paciente entre directo al tac. Pero no es tan sencillo. El protocolo liderado por los neurólogos se basa, en la colaboración entre especialidades que ya trabajan juntas dentro del código ictus. El 061 recoge al paciente. Si puede enviar una ambulancia con médico (SVA) o con enfermera (SVAE), al paciente se le van haciendo pruebas: el examen clínico, la extracción de sangre para analíticas completas y un electrocardiograma, además de la colocación de las vías. «Estas pruebas no se van a volver a repetir después, los neurólogos se fían de nosotros», según Marta Dorribo, directora asistencial de la Fundación Pública Urxencias Sanitarias de Galicia-061.