25 marzo, 2025
El café sigue sin hacer efecto en algunos, y la ciencia ya tiene respuestas
El café es parte del día a día de millones de personas. Tras una noche larga o para arrancar la mañana, muchos recurren a esta bebida buscando ese impulso de energía. Sin embargo, hay quienes, por más que tomen una taza tras otra, no sienten nada. Esa aparente inmunidad a la cafeína no es un mito, y empieza a ser objeto de estudio cada vez más frecuente.
La clave estaría en la genética y en la forma en que el cuerpo metaboliza la cafeína. Según diversos estudios, hay personas que tienen una variante genética que hace que su organismo procese la cafeína demasiado rápido. En estos casos, el efecto estimulante dura muy poco o pasa desapercibido.
Pero también influye la tolerancia adquirida. El consumo prolongado y habitual de café puede llevar a que el cuerpo se acostumbre a la cafeína, necesitando dosis cada vez mayores para sentir sus efectos. Algunos expertos comparan este proceso con lo que ocurre con otras sustancias estimulantes.
¿Qué significa esto para quienes no sienten el café? Que probablemente su hígado está actuando rápido, descomponiendo la cafeína antes de que alcance el sistema nervioso en la cantidad suficiente. Además, factores como la dieta, el estrés o la falta de sueño también juegan un papel importante.
La comunidad científica sigue investigando qué otras variables influyen en la resistencia a la cafeína. Mientras tanto, para quienes buscan un empujón de energía y el café no funciona, las alternativas van desde el té verde, que tiene otros compuestos beneficiosos, hasta actividades físicas ligeras que ayudan a despejar la mente.
La curiosidad crece, y cada vez más personas se preguntan si vale la pena seguir aumentando la dosis o, simplemente, aceptar que, en su caso, el café es más ritual que efecto.
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