22 noviembre, 2024
Sobrarían los calificativos para describir la situación planteada tras las declaraciones del jueves por parte del empresario Víctor de Aldama, comisionista y gran muñidor en mil y una historias truculentas, a quien se le atribuyen delitos y cuya declaración, en sede judicial -tras considerar el fiscal del caso que su confesión es sincera- está haciendo añicos al Gobierno de Pedro Sánchez y al PSOE, partido que controla con puño de hierro. Algo sólido se desprende de lo que declaró porque anoche salía en libertad de la prisión de Soto del Real.
Todos los medios nacionales, muchos internacionales y hasta los rincones más apartados de nuestra geografía abrieron sus portadas, noticiarios o diarios hablados con este monumental escándalo. No hay que olvidar que este curioso personaje fue condecorado, nada menos, que por el ministro del Interior Marlaska con la Medalla al Mérito de la Guardia Civil. Por algo sería.
Basta un somero repaso a la prensa escrita para llegar a conclusiones que dejan pocas dudas en el aire. No se puede ser más concreto al bautizar este caso con el titular “Aldama abre en canal al PSOE”. Citas como que “el Gobierno se lanza contra el comisionista del caso Koldo tras declarar en la Audiencia Nacional y anuncia querellas, pero no logra aplacar el pesimismo de los barones socialistas”. Sobre el presidente se dice, con respecto a su célebre foto posando con Aldama, “Sánchez tiene Alzhéimer, las fotos con cualquiera no se hacen en zonas privadas”, y también que “el posado no fue gratuito, él quería conocerme y agradecer la colaboración”, dijo el empresario.
Quizá el resumen más explícito sea el que le dedica el director de ABC, Julián Quirós, implacable, “Victor Aldama ha elegido un exitoso abogado penalista experto en pactos para rebajar su condena… este jueves soltó un aluvión de bombas de racimo contra el Gobierno… lo que acabamos de conocer es una brutal metástasis, que deja al poder abierto en canal, a partir de lo que al principio parecía un foco menor. Aquello que empezó con un asesor corrupto, Koldo, y se amplió a un ministro de la misma condición, Ábalos, se extiende ahora al número tres del PSOE, a la mano derecha de la ministra Montero y a su compañero Víctor Torres. Y luego está lo de Marlaska con Delcy, Teresa Ribera y hasta la mismísima Begoña. El broche lo pone Sánchez con su foto y el consiguiente agradecimiento por los servicios prestados. Aldama nos dice que todo está conectado; él es la prueba”.
Pero hay más, repasando otros medios y más titulares, el catálogo es apabullante. Aldama dice haber entregado 15.000 euros a Santos Cerdán, secretario de Organización del partido, delante de Koldo; el jefe de gabinete de María Jesús Montero habría recibido un sobre con 25.000 euros de la trama; Ábalos cobró 650.000 euros por un montón de mordidas; Koldo pidió, y le concedieron, 50.000 euros para Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial, y como guinda, que el susodicho se reunió con Begoña Gómez, esposa del presidente, y con Teresa Ribera para un proyecto de la España vaciada.
Por si fuera poco, al referirse a la corrupción integral del gobierno de la nación y el partido de los socialistas, el declarante concretó que el dinero entregado a Cerdán fue en un bar frente a Ferraz, sede del partido, y cifra en cerca de un millón las comisiones en metálico que percibieron los ya citados Ábalos y Koldo, y hasta relata que le pidieron intervenir en Venezuela y organizar la polémica y nunca bien aclarada visita de Delcy Rodríguez a Madrid, sabiendo las limitaciones que para entrar en la Unión Europea pesaban sobre ella.
Con el fin de evitar que se dudase de su palabra, el denunciante aclara que “Sánchez no se preocupe; va a tener pruebas de que todo lo que digo es cierto”. Aunque, como es lógico, el inquilino de La Moncloa afirma que es “categóricamente falso” y su partido anuncia querellas. Por otra parte, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, sugiere a los propios socios que mantienen a Sánchez en el poder (en especial los nacionalistas catalanes y vascos) que contribuyan a una posible moción de censura, exige que el presidente dimita y se ofrece a quienes arropan continuamente sus tropelías, mentiras, medias verdades y jueguecitos políticos con unos y otros, que rompan de una vez con alguien que ha degradado hasta extremos casi inconcebibles la acción de Gobierno.
El prestigio de España en el mundo se viene abajo cada día que pasa… y da la impresión de que Sánchez ni se entera, ni quiere enterarse ni le preocupa lo más mínimo, mientras pueda pisar moqueta detentando el poder en la etapa con más negritud de las últimas décadas. La pregunta inevitable es, ¿qué puede hacer el pueblo soberano para frenar esta insoportable degradación de la clase política, esta dolorosa caída hacia los infiernos, esta melancólica sensación de que no vivimos en la Europa democrática, ejemplar y ética sino en una república bolivariana?
That is the question.
Alerta