Una de las atracciones de las Fiestas de Bouzas
23 julio, 2024
Las recientes fiestas de Coia y Bouzas en Vigo han dejado al descubierto las deplorables condiciones en las que viven los feriantes, a pesar de su importante papel en estas festividades. María del Carmen Fernández, una veterana feriante de sesenta años con décadas de experiencia, ofreció un testimonio conmovedor sobre la dura realidad que enfrentan treinta familias feriantes durante estos eventos. Sin acceso a agua potable, electricidad o saneamiento, los feriantes se vieron obligados a estacionar sus caravanas bajo un puente en la carretera VG-20, en la avenida de Ricardo Mella.
La situación descrita por Fernández no es un hecho aislado. Los feriantes de Vigo han soportado estas condiciones adversas durante más de quince años. A pesar de su contribución esencial a las festividades, no se les proporciona un espacio adecuado para vivir y trabajar, dejándolos en una situación de vulnerabilidad extrema. Ángel Gutiérrez, presidente de la Unión de Industriales Feriantes de España (UIFE), expresó su frustración y enojo ante esta situación: “No es un campamento, estamos trabajando; aquí no ha venido nadie a molestar. Parece que a los turistas se les facilita todo, pero a nosotros no se nos valora”.
La falta de servicios básicos ha obligado a los feriantes a buscar soluciones alternativas para mantener su higiene personal y bienestar. Pedro Pereira, otro feriante afectado, reveló que tuvieron que recurrir a un hotel cercano para ducharse, una opción costosa y poco práctica. Además, el constante ruido de los coches pasando por el puente ha hecho que su descanso sea casi imposible, añadiendo más estrés a su ya difícil situación.
La dura realidad de los feriantes
La situación de los feriantes de Vigo contrasta fuertemente con las condiciones en otras localidades, como Pontevedra, donde el Concello proporciona agua y electricidad a estos trabajadores. Esta disparidad ha generado un sentimiento de abandono y desvalorización entre los feriantes de Vigo, quienes se sienten marginados y no reconocidos por su labor crucial. A pesar de las constantes reclamaciones y demandas de mejoras, la situación sigue sin cambios significativos.
Los feriantes son una parte fundamental de las festividades locales, aportando no solo entretenimiento sino también un considerable movimiento económico. Sin embargo, su bienestar y dignidad no parecen ser una prioridad para las autoridades locales. La falta de infraestructura adecuada y servicios básicos no solo afecta su calidad de vida, sino que también puede tener un impacto negativo en la calidad de las festividades que ayudan a crear.
Testimonios de lucha y resistencia
María del Carmen Fernández no es la única voz que clama por mejoras. Muchos otros feriantes han compartido sus historias de lucha y resistencia en un entorno que parece ignorarlos. La resiliencia mostrada por estas familias es admirable, pero no debería ser necesaria en un país que se enorgullece de su desarrollo y bienestar social. La falta de atención y apoyo del Concello de Vigo a estos trabajadores refleja una falla sistémica que necesita ser abordada con urgencia.
Un llamado a la acción
Es imperativo que las autoridades locales tomen medidas inmediatas para mejorar las condiciones de vida y trabajo de los feriantes. Proveer agua potable, electricidad y saneamiento no solo es una cuestión de comodidad, sino de dignidad humana. Los feriantes merecen ser tratados con el respeto y la consideración que su trabajo arduo y su contribución a las festividades merecen.
El papel de los feriantes en las festividades de Coia y Bouzas es incuestionable. Sin sus atracciones y su incansable labor, estas celebraciones no tendrían el mismo brillo ni el mismo impacto económico. Reconocer y valorar su trabajo es fundamental para mantener viva la tradición festiva y asegurar que todos, incluidos los feriantes, disfruten de condiciones justas y humanas.
Conclusión
Las fiestas de Coia y Bouzas en Vigo no solo son un momento de alegría y celebración para la comunidad local, sino también una oportunidad para reflexionar sobre las condiciones de aquellos que hacen posible estos eventos. Los testimonios de feriantes como María del Carmen Fernández y Pedro Pereira nos recuerdan la importancia de la justicia social y el respeto por todos los trabajadores, independientemente de su oficio. Las autoridades locales deben actuar con prontitud para corregir estas injusticias y asegurar que los feriantes reciban el apoyo y las condiciones dignas que merecen. Solo entonces podremos celebrar verdaderamente las festividades, sabiendo que todos los que contribuyen a ellas son valorados y respetados.
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