16 noviembre, 2024
Xoán del Río / El envés de la noticia
Comencemos por una generalización que, sin afán de mayores precisiones estadísticas, nadie pone en duda: En las causas originarias de nuestras enfermedades como seres vivos, un cincuenta por ciento tienen su origen en factores medioambientales y alimenticios correspondiendo la otra mitrad a razones que se explican por la herencia genética, por nuestro particular e irrepetible mapa genómico. De modo que en la medida en que se avance en el conocimiento de dicho mapa de la población, en buena media -en la mitad al menos- seremos capaces incluso de anticipar el posible desarrollo futuro de esas enfermedades, saber prevenirlas o procurar tratamientos en los periodos más precoces.
Y por fortuna, los avances habidos en los últimos años en el estudio de la genómica permiten esa detección precoz como ahora mismo se estudia en los laboratorios de todo el mundo.
Pues bien, es justamente a esa tarea de anticipación a la que se encamina el Proxecto Xenoma Galicia que arrancará en unos pocos días y que situará a esta Comunidad en la cúspide mundial de la prevención sanitaria. No tanto por la novedad en sí, que ya se experimenta también en otros países, cuanto por lo ambicioso del trabajo investigador que se propone trazar el mapa genético a través del ADN de 400.000 gallegos. Es decir, de un quinto de la población, y que en su fase inicial centrará sus estudios en adivinar las causas del cáncer hereditario, de las enfermedades cardiovasculares y del síndrome de Lynch. Procesos que se desarrollarán a través de las muestras de saliva y de sangre -en este caso para generar un valioso banco de datos biológicos que permita predicciones de riesgo a medio plazo y para la aludida detección de enfermedades antes de que asomen-.
Un proyecto que cuenta con el apoyo de la Xunta de Galicia, que destina al mismo 20 millones de euros, y que supone, en palabras de quien lo va a coordinar, el profesor de la USC, Ángel Carracedo, “el proyecto más ambicioso del mundo”.
Porque es precisamente la presencia del genetista de Santa Comba la que, desde una cualificación profesional que le sitúa entre los más destacados del panorama internacional en su especialidad, como acreditan los ocho doctorados honoris causa que posee, confiere al Proxecto Xenoma, que alentó y que dirigirá, el rigor necesario capaz de convencer a las autoridades políticas sobre la conveniencia de afrontarlo. Dicho de otra manera, el proyecto se hace realidad justamente por descansar en el reconocido prestigio de quien es Premio Nacional de Genética y es considerado como uno de los investigadores de mayor impacto en el campo de la Medicina Forense y de la Genética Clínica, al frente de diversos grupos de investigación como lugares de excelencia donde se forman científicos de todo el mundo.
Dentro de lo excepcional de la noticia hay que destacar, también por inusual, el comportamiento de la clase política gallega que, en contra de lo que nos enseña el endeble presupuesto que dedica cada año al sector de la Investigación, muy por debajo de la media europea e incluso inferior a la media española, por una vez permite que la abundante y acreditada masa gris de nuestros investigadores mejor formados pueda competir, en igualdad de condiciones y sin agobios presupuestarios, con los países tenidos por punteros en este campo. No porque aquí falten cerebros; sí, por falta de financiación.
Por cierto, ante la inmensidad de potencialidades de estudio que el Proxecto Xenoma Galicia posibilita para el futuro y más allá de ese primer objetivo de los cánceres hereditarios y enfermedades cardiovasculares, no estaría de más que la Xunta posibilitara de una vez la creación en la Facultad de Farmacia de la asignatura de Genómica que ya se imparte en las universidades españolas más destacadas así como en la Facultad de Medicina de la USC. Aunque sólo fuera para devolver al profesor Carracedo la gratitud que su entrega a la investigación gallega merece, cumpliendo así una de sus principales y repetidas reivindicaciones.
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