5 febrero, 2024
La creciente preocupación por el medio ambiente en los entornos urbanos ha llevado a los ayuntamientos a abordar el problema redactando abundante regulación al respecto.
Buen ejemplo de ello es el Concello de Vigo, que se ha dotado de ordenanzas que regulan desde la calidad del aire hasta la contaminación acústica.
Precisamente en este ámbito el Concello presumió de tener una norma pionera en España, con precisos mapas de medición de ruidos por zonas realizados por la Universidade de Vigo.
Sin embargo, ha quedado bien claro que se trata de un brindis al sol, ya que de nada sirve si no va acompañado de los medios humanos/materiales y, especialmente, de voluntad política para hacerla cumplir.
El propio Concello alienta el incumplimiento de su propia normativa, ya sea financiando con fondos públicos todo evento que sea susceptible de incumplir la regulación sobre ruidos como lo hace al autorizar la colocación de una una noria y atracciones a escasos metros de las viviendas de los vecinos y vecinas, patrocinando un botellón durante meses en la Plaza de Compostela bajo la etiqueta de “Mercadillo Navideño” o pagando directamente la instalación de cientos de altavoces en las calles durante la Navidad.
En concreto en la ciudad de Vigo , la normativa municipal contempla las denominadas áreas ZAS (Zonas Acústicamente Saturadas) estando muchas calles del centro de la ciudad dentro de las mismas. En estas Zonas, el Concello se obliga a garantizar el cumplimiento de la regulación municipal de ruidos en los locales de ocio nocturno, denegando el otorgamiento de nuevas licencias de apertura o modificación de negocios, controlando el cumplimiento de la hora de cierre de terrazas, incrementando para ello el control policial, incluso adscribiendo de forma permanente 2 agentes exclusivamente para mediciones sonométricas.
Lamentablemente, la realidad es muy tozuda y demuestra que no se ha pasado del papel a los hechos: se conceden sin rubor nuevas licencias de apertura y/o modificación de locales, muchos establecimientos incumplen al Ordenanza de Ruido , cuelgan altavoces en las fachadas con música muy por encima del límite nocturno autorizado, las terrazas cierran a altas horas de la madrugada sin respetar el horario de cierre, se permiten aglomeraciones de gente en la vía pública durante la noche gritando y cantando siendo la presencia policial anecdótica. En concreto describimos la realidad de las calles del entorno de Plaza de Compostela, Montero Ríos, Areal, Inés Pérez de Zeta, Pontevedra, Rosalía de Castro, García Barbón, Plaza de Portugal, etc.
La calidad de vida en una ciudad no se mide sólo por la economía, infraestructuras o servicios, o número de fiestas que patrocina un concello, también por el derecho al descanso, la seguridad, y la salud de sus ciudadanos. La labor para garantizar estos derechos no concluye al aprobar una normativa que, por muy bienintencionada que sea, si no se lleva a la práctica, se queda en papel mojado y lleva a Vigo al top del ránking de ciudades más ruidosas de España.
Ante este lamentable panorama en la ciudad la Asociación de Vecinos Vigo Centro ha decidido sumarse a la recién constituida Federación Gallega contra la Contaminación Acústica con el objetivo de visibilizar el problema del ruido, exigir que se cumpla la normativa vigente y modificar la legislación existente.
Alerta