
5 mayo, 2025
Catedrático de Química Orgánica na Facultade de Farmacia da USC
Perdona a los que aquí en la Tierra discuten sobre tus posicionamientos partidarios, que si eras progresista, izquierdista o poco izquierdista. Perdónalos porque no saben lo que dicen, posiblemente muchos ni siquiera hayan leído tus encíclicas, ni sientan el ejemplo de vida de Jesús de Nazaret; no saben que tus palabras y tus obras eran solo intentos de ser un buen imitador de Cristo, de vivir el Evangelio. Los temas que tratas en tus cuatro encíclicas no son casuales: “Lumen Fidei” (La luz de la fe), “Fratelli Tutti” (Hermanos todos), “Laudato Si´” (Alabado seas), “Dilexit Nos” (Él nos amó).
Tu sabes, mucho mejor que ellos, que a pesar de toda tu humildad, tu sencillez, tu generosidad, tu entrega sin límite y tu desgaste, tu cariño hacia todos y especialmente a quien mas lo necesita, toda tu oración, tu gran actividad física dando estímulo y estableciendo puentes, tu valiosa dirección del pueblo de Dios, tu insistencia a la fraternidad, a la misericordia, a la esperanza en este año jubilar romano, a promover y estimular la sinodalidad en la Iglesia… eres un humano imperfecto, como aquél Pedro que Él mismo eligió para “edificar su Iglesia”. Tu sabes, mejor que nadie, que con todo tu intento por ser un excelente cristiano, de palabra y de obra, solo conseguiste aproximarte un poquito a Jesús de Nazaret, al que ahora estás viendo en plenitud.
Frente a toda esta ingente y excelente labor como buen cristiano, tus alusiones a que los españoles deberíamos de pedir perdón por todo lo sucedido en nuestro encuentro con América, de considerar poco solidarios a los que no entendimos la indiscriminada vacunación frente al covid, de posicionarte acerca de la significación que los humanos podamos tener en el cambio climático… o tus iniciativas incompletas por hacer que la Iglesia sea cada vez mas la casa de todos, son cosas muy poco importantes en comparación con la grandeza de toda tu actuación terrenal, de tus palabras, de tus encíclicas y de tus gestos. Podría incluso suceder que ahora, desde el cielo, pienses que te aproximarías mas a Jesús de Nazaret si hubieses sido algo menos dogmático y algo mas tolerante en algunas pequeñeces ajenas al propio ministerio, y aún mas combativo de lo que fuiste en otras reformas que necesita la Iglesia; pero sobre todo, acuérdate de que, ahora como Santo, estás ya en disposición de conceder ayuda para proseguir la tarea e intercedas para que tu sucesor sea otro Papa fabuloso.
Disfruta ahora de la Gloria Eterna y pide por nosotros.
Muchas gracias Francisco Bergoglio!!! Muchas gracias por recordarnos con tanta fuerza que todos, independientemente de todo, somos hijos del mismo Padre.
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