Nauru lucha por su futuro ante la amenaza del aumento del nivel del mar.
15 marzo, 2025
Con playas de aguas cristalinas y una naturaleza exuberante, Nauru podría parecer un destino soñado para los amantes del turismo en islas remotas. Sin embargo, este pequeño país del Pacífico enfrenta una crisis existencial: el aumento del nivel del mar amenaza con hacer desaparecer su territorio en las próximas décadas. Ante esta situación, el gobierno ha lanzado un programa inédito: la venta de ciudadanía a cambio de una fuerte inversión económica para financiar la reubicación de su población.
El gobierno de Nauru ha implementado un programa de «pasaporte dorado» con un costo de 105.000 dólares, permitiendo a los compradores viajar sin necesidad de visa a países como Reino Unido, Singapur y Emiratos Árabes Unidos. Este mecanismo, comúnmente utilizado por otros países para atraer inversión extranjera, en Nauru tiene un propósito más crítico: generar recursos para garantizar la supervivencia de sus habitantes ante el inminente peligro del cambio climático.
El programa busca recaudar millones de dólares para costear un plan de reubicación y la construcción de infraestructura en zonas más seguras. «No podemos esperar a que otros decidan por nosotros. Debemos actuar ahora para asegurar el futuro de nuestra nación», afirmó el presidente de Nauru, David Adeang.
Con solo 20 kilómetros cuadrados de extensión y una población de aproximadamente 12.500 personas, Nauru es una de las naciones más pequeñas y vulnerables del mundo. Gran parte de su territorio ya ha sido degradado por la explotación de fosfatos, la que fue su principal fuente de ingresos durante el siglo XX. Ahora, la crisis climática amenaza lo poco que queda habitable en la isla.
El aumento del nivel del mar ha comenzado a afectar la infraestructura y la seguridad de la población, con inundaciones cada vez más frecuentes. La mayoría de los habitantes vive en un estrecho cinturón costero, lo que los deja expuestos a la erosín y la subida de las aguas.
El programa de pasaporte dorado no está exento de críticas. En otros países, esquemas similares han sido cuestionados por facilitar el lavado de dinero y el ingreso de individuos con antecedentes delictivos. Sin embargo, el gobierno de Nauru asegura que la selección de compradores será rigurosa y que los fondos serán administrados de manera transparente para evitar abusos.
Kirstin Surak, experta en ciudadanía por inversión de la London School of Economics, señala que si bien esta estrategia puede ser efectiva en el corto plazo, la clave estará en garantizar que los recursos sean utilizados para el bienestar de la población y no terminen en manos de intereses privados.
La iniciativa de Nauru podría marcar un precedente para otros países insulares que también enfrentan amenazas climáticas severas. Naciones como Tuvalu y Kiribati han considerado estrategias similares, incluyendo acuerdos con otros países para la migración de sus ciudadanos.
Mientras el mundo sigue debatiendo medidas para frenar el cambio climático, Nauru ha tomado el asunto en sus propias manos. Con la venta de su ciudadanía, busca garantizar un futuro para su población antes de que el mar lo consuma todo.
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