27 febrero, 2025
En la jornada de ayer sonaron todas las alarmas en el ámbito de la Medicina en Galicia ante lo que fuentes de total solvencia califican de “extrema gravedad”. Nada menos que el rector de la Universidad de Santiago, Antonio López, y el recién llegado a la Consellería de Sanidad, Antonio G. Caamaño, exjefe de Oncología Radioterápica del CHUS, quieren “cargarse” los estudios históricos de Medicina en Santiago para derivarlos a las universidades de Vigo y A Coruña. Las gestiones están muy avanzadas y nada parece evitar lo que hasta fecha reciente se consideraba algo “inaudito, desproporcionado y un absoluto desastre”.
Pesos pesados de la Medicina y el profesorado de Galicia, entre los que destacan el afamado jefe del Servicio de Cardiología del Chus, José Ramón González Juanatey, la directora del IDIS (Instituto de Investigaciones Sanitarias de Galicia), María Luz Couce, con casi 1.300 investigadores a su cargo, y el hasta fecha reciente jefe del Servicio de Digestivo en el CHUS y en la actualidad catedrático de Medicina en la USC, Enrique Domínguez Muñoz, van a celebrar mañana, jueves, a primera hora un encuentro en el Clínico de Santiago de vital importancia para abortar lo que algunos responsables de alto nivel del sector califican como “una debacle para la Facultad de Medicina de Santiago”.
Bajo el señuelo de la “descentralización”, desde hace más de un año algunos –el más activo el rector, con la complicidad de la Xunta- vienen gestionando en secreto el fraccionamiento de la Facultad de Medicina de Santiago para repartirla entre las grandes –es un decir- metrópolis gallegas de Vigo y A Coruña. Según desvelan a Diario de Santiago fuentes de absoluta solvencia, la intención oculta de quienes califican de “conspiradores en la sombra” es comenzar ya el próximo curso a impartir docencia en las universidades olívica y herculina.
Profesionales de altísimo nivel en la Facultad de Medicina y en el CHUS compostelano se “echan las manos a la cabeza”, en expresión de uno de ellos, y se preguntan ¿dónde está el profesorado para impartir clases? ¿Destacarán a los catedráticos de Santiago para atender al alumnado en ambas ciudades? ¿Los estudiantes tendrán que alquilar pisos en sus nuevas residencias o viajarán, ida y vuelta, de un lado a otro, en plan itinerancia total? ¿Tendrán garantía de continuidad los cuatro primeros cursos en una ciudad, con finalizar los estudios en otra? ¿En qué otra parte de España y el mundo se reparten los universitarios de forma tan anárquica?…
Y lo más sangrante, se menosprecia el papel secular de la universal Fonseca, creada en 1526 por el arzobispo Alonso III, única de Galicia que figura en el reconocido internacionalmente como “Ranking de Shanghai». Suenan todas las alarmas, sí. Por eso, en plan emergencia total, a primera hora de la mañana de este jueves se formará una comisión de profesionales de la docencia, asistencial e investigador de Medicina que tendrá como escenario el Clínico compostelano.
Se pedirá a rectorado y conselleiro sentido común y seriedad académica. También harán un llamamiento rotundo al profesorado que ejerce en Santiago para que se posicione frente a una decisión política que trata de beneficiar a votantes de las dos grandes urbes gallegas en detrimento del peso específico de una ciudad universal, “fonte limpa”, que decían los antiguos sanitarios, hoy en riesgo de padecer un zarpazo inexplicable, desastroso y absurdo.
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