20 noviembre, 2024
Las conductas adictivas son entidades complejas con carácter autodestructivo cuyo origen radica en factores genéticos heredables y multitud de factores ambientales.
La genética de la adicción a las drogas indica cómo los factores genéticos contribuyen a la susceptibilidad de un individuo a los trastornos por consumo de sustancias. Es ampliamente reconocido que las predisposiciones genéticas, junto con los factores ambientales, desempeñan un papel clave en el desarrollo de la adicción. Los estudios sugieren que entre el 40% y el 60% del riesgo de adicción se debe a la genética, aunque esto varía según la sustancia y el individuo.
«El GABA es un neurotransmisor que participa en la inhibición de la actividad cerebral excesiva, y las variaciones en el GABAR2 pueden afectar la propensión de una persona al abuso de sustancias, en particular del alcohol»
Factores genéticos clave en la adicción a las drogas son: (i) Sistema dopaminérgico (receptores de dopamina): Los genes del receptor de dopamina como el DRD2 se asocian con frecuencia con la adicción. Las variaciones en estos genes afectan la forma en que el sistema de recompensa del cerebro responde a drogas como la cocaína, la heroína y el alcohol. El alelo A1 del gen DRD2 se ha relacionado con un mayor riesgo de adicción. COMT (catecol-O-metiltransferasa): este gen regula los niveles de dopamina en la corteza prefrontal, lo que influye en la impulsividad, que puede contribuir a las conductas de abuso de sustancias. (ii) Genes de la vía serotonérgica: El gen transportador de serotonina (SLC6A4) se ha relacionado con la adicción, en particular al alcohol y la cocaína. Las variaciones en este gen pueden afectar al sistema de la serotonina, que modula el estado de ánimo, el estrés y el deseo de consumir sustancias. (iii) Genes del receptor opioide: El gen del receptor mu-opioide (OPRM1) está relacionado con la adicción a los opioides. Las variaciones genéticas en este gen pueden influir en la respuesta de las personas a los opioides y en su riesgo de desarrollar dependencia. Este gen también está asociado con la dependencia al alcohol, lo que sugiere una superposición en las vías de diferentes adicciones. (iv) Sistema GABAérgico: El GABAR2 (subunidad del receptor del ácido gamma-aminobutírico) se ha relacionado con la adicción al alcohol y a otras drogas. El GABA es un neurotransmisor que participa en la inhibición de la actividad cerebral excesiva, y las variaciones en el GABAR2 pueden afectar la propensión de una persona al abuso de sustancias, en particular del alcohol. (v) Neuroplasticidad y función sináptica:
«Los estudios de gemelos revelan que los gemelos idénticos tienen más probabilidades que los gemelos fraternos de desarrollar adicciones si uno de ellos es adicto, lo que indica un fuerte componente genético»
El BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro) es importante para la neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse. Las variantes de este gen se han asociado con conductas adictivas, ya que el consumo de drogas puede afectar la plasticidad sináptica y conducir a una conducta compulsiva de búsqueda de drogas. (vi) Respuesta al estrés y eje HPA: Los genes que regulan el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HPA), como el CRHR1 (receptor 1 de la hormona liberadora de corticotropina), están implicados en la adicción, especialmente en la forma en que las personas responden al estrés. El estrés crónico es un factor importante en la recaída de la adicción, y las variaciones genéticas en los sistemas de respuesta al estrés pueden predisponer a las personas a la adicción. (vii) Otros factores genéticos: ADH (alcohol deshidrogenasa) y ALDH (aldehído deshidrogenasa). Estas enzimas están involucradas en el metabolismo del alcohol. Las variantes de estos genes influyen en la eficiencia con la que se metaboliza el alcohol, lo que afecta tanto a la tolerancia al alcohol como al riesgo de desarrollar alcoholismo. Por ejemplo, ciertas variantes de ALDH2 protegen contra el alcoholismo en las poblaciones del este asiático.
Los estudios de gemelos y familias muestran de manera consistente que la genética contribuye a la vulnerabilidad a la adicción. Los estudios de gemelos revelan que los gemelos idénticos tienen más probabilidades que los gemelos fraternos de desarrollar adicciones si uno de ellos es adicto, lo que indica un fuerte componente genético. Los estudios familiares han demostrado que los parientes de primer grado de personas con trastornos por consumo de sustancias tienen más probabilidades de desarrollar trastornos similares, lo que nuevamente respalda el vínculo genético.
El desarrollo de la adicción no se basa únicamente en la genética, sino que es el resultado de complejas interacciones entre genes y ambiente. Los factores ambientales, como la exposición a drogas, el estrés, los traumas y las condiciones socioeconómicas, interactúan con la predisposición genética de un individuo para aumentar o disminuir la probabilidad de desarrollar una adicción. Las modificaciones epigenéticas, como los cambios en la metilación del ADN o la modificación de las histonas debido a la exposición a drogas, también pueden influir en el riesgo de adicción al alterar la expresión genética sin cambiar la secuencia de ADN subyacente.
«Nuestra especie ha ido acumulando defectos genéticos que se han instalado en nuestro genoma. Estos defectos genéticos, junto con una ingente cantidad de estímulos ambientales, deletéreos para la salud, están contribuyendo a la autodestrucción»
La farmacogenética se aplica cada vez más al tratamiento de las adicciones. Comprender la composición genética de una persona puede ayudar a predecir su respuesta a los tratamientos contra las adicciones. Las variaciones en el gen OPRM1 pueden afectar la respuesta de una persona a medicamentos como la naltrexona, que se utiliza para tratar la adicción a los opioides.
Las pruebas genéticas para detectar variantes en COMT o BDNF pueden informar sobre planes de tratamiento personalizados para personas con trastornos por consumo de sustancias, en particular cuando se considera el uso de medicamentos que afectan las vías de la dopamina y la serotonina.
En la población española, solo un 20% es metabolizador normal para el 80% de los medicamentos de uso común que se metabolizan en el hígado a través de las enzimas del Citocromo P450 (CYPs). La prescripción de fármacos a granel para el tratamiento de toxicomanías, sin conocer el perfil farmacogenético de cada paciente, implica un riesgo de error superior al 60%.
Nuestra especie ha ido acumulando defectos genéticos que se han instalado en nuestro genoma. Estos defectos genéticos, junto con una ingente cantidad de estímulos ambientales, deletéreos para la salud, están contribuyendo a la autodestrucción de la especie mediante la aberración conductual de la toxicomanía, alimentada por déficits educativos, desinformación interesada y laxitud política y legal frente al narcotráfico.
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