Ministerio de la Presidencia. Gobierno de España / Wikimedia Commons
18 marzo, 2025
Siguiendo el caso Rubiales: el exdirigente afirma que pidió permiso para besar a Jenni Hermoso
Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, volvió a ser noticia este martes al declarar ante el tribunal que le juzga por agresión sexual y coacciones. Rubiales sostuvo que pidió consentimiento a la jugadora Jennifer Hermoso antes de besarla durante la entrega de medallas por el triunfo de España en el Mundial Femenino, en agosto de 2023.
La defensa de Rubiales se basa en que, según sus palabras, “se dejó llevar por el momento” y que actuó “como un deportista que consigue un éxito”. “Me equivoqué y metí la pata”, reconoció. Añadió que debería haberse comportado “de forma más institucional”, aunque negó que ese momento constituyera un delito.
Del otro lado, Jennifer Hermoso ya había dejado claro en su declaración: “El beso manchó uno de los días más felices de mi vida”. La campeona del mundo insistió en que nunca dio su consentimiento, y denunció haber sentido presiones para justificar públicamente el acto. “Sabía que mi jefe me estaba besando, y eso no debería suceder en ningún entorno social o laboral”, declaró.
La Fiscalía solicita para Rubiales dos años y medio de prisión: un año por agresión sexual y un año y medio por coacciones. La causa ha sacudido no solo al mundo del deporte, sino también a la sociedad española, donde el caso es visto como un símbolo de la lucha por el respeto y la igualdad en el ámbito laboral y deportivo.
Mientras tanto, las reacciones no se han hecho esperar. Asociaciones feministas y figuras del deporte han reiterado su apoyo a Hermoso, resaltando la importancia de marcar límites claros entre la euforia deportiva y el respeto personal. Por su parte, desde sectores más conservadores, algunos sostienen que la polémica ha sido sobredimensionada.
El fallo judicial se conocerá en las próximas semanas. Más allá del resultado, el caso Rubiales quedará como un precedente importante en el deporte español y en la sociedad, recordando que ni la emoción de un título mundial justifica vulnerar el consentimiento y la dignidad de las personas.
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