
12 marzo, 2025
El 12 de marzo de 2024, a las 14:06, el RC Celta anunciaba a través de sus redes sociales la destitución de Rafa Benítez como entrenador del primer equipo. La decisión, que llevaba horas circulando como un rumor casi confirmado, se hacía oficial y ponía fin a una etapa marcada por la falta de conexión con el equipo y la afición. Curiosamente, el contexto de su llegada, en junio del año anterior, había sido similar: una noticia esperada por todos antes de su anuncio oficial.

Rafa Benítez
El relevo en el banquillo no tardó en resolverse. Aunque durante unas horas se barajaron varios nombres, todo indicaba que la dirección del club apostaría por un técnico de la casa. Así, a las 15:59 del mismo día, el Celta confirmaba que Claudio Giráldez, hasta entonces entrenador del filial, tomaba las riendas del primer equipo.
La elección de Giráldez marcó el inicio de una nueva etapa para el club. Con un estilo de juego más ofensivo y dinámico, en apenas seis días debutó con victoria en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla, dejando claras las bases de su filosofía futbolística. Un año después, el balance es positivo y el equipo muestra una identidad definida, alejada de la inercia que caracterizó la era Benítez.

Claudio Giráldez
Doce meses después, el legado de Rafa Benítez en Vigo parece haberse desvanecido. La gestión de Giráldez no solo ha reforzado su figura en el vestuario y ante la afición, sino que también ha evidenciado los errores de su predecesor. Mientras que Benítez sostenía que la cantera no tenía cabida en el primer equipo y que Iago Aspas estaba en el ocaso de su carrera, Giráldez ha demostrado lo contrario: los jóvenes valores del club han ganado protagonismo y el capitán sigue siendo un jugador clave. Además, el enfoque ofensivo del nuevo entrenador ha dado mejores resultados que la estrategia defensiva de Benítez.
El último partido del técnico madrileño al frente del Celta fue una derrota por 4-0 ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Aquel resultado, en la jornada 28, dejaba al equipo en el puesto 17, al borde del descenso y con el Cádiz acercándose peligrosamente en la tabla.
Hoy, un año después y a las puertas de una nueva jornada 28, la situación es radicalmente distinta. A pesar de una racha negativa en el inicio de 2025, el equipo ha encadenado su mejor serie de resultados en años: cinco partidos sin perder, tres victorias en casa y dos empates fuera. Actualmente, el Celta ocupa la novena posición y se encuentra a diez puntos de la zona de descenso, con la mirada puesta en cotas más ambiciosas.
El último triunfo en Balaídos significó además la victoria número 500 del club como local. Un hito que coincide con un cambio de enfoque más allá del campo: el Celta ha apostado por reforzar su identidad, promoviendo la cultura y tradición gallegas en su estadio, con eventos como la celebración del Entroido gallego, recientemente declarado Bien de Interés Cultural.
Este sábado, a las 14:00 horas, el Celta visitará al Real Valladolid en un encuentro crucial. El equipo pucelano, en una situación límite a 11 puntos de la salvación, se presenta como un rival accesible. Una victoria podría consolidar la recuperación celeste y permitir al club volver a soñar con Europa, en lugar de sufrir por la permanencia.
El cambio en el Celta es innegable y tiene nombre propio: Claudio Giráldez. Su gestión ha supuesto una transformación radical para el equipo y ha reforzado la apuesta del club por su gente y su cantera.
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